Kira no sabe

Kira respira, calla, observa, niega, sueña, duda, teme, anhela, odia, ama, ríe, llora. Kira a veces siente dolor, y a veces felicidad. A veces no se encuentra. Kira no entiende ni muchas cosas ni de muchas cosas. Kira es racional pero quiere creer. A Kira le gusta decir No, aunque diga que no. Kira puede estar todo el día hablando y a la vez sumida en el más completo silencio. No sabe escribir pero escribe.

30.8.11

Personas. Ni más, ni menos.

Una vez alguien me enseñó que es imprescindible elegir correctamente a las personas importantes que formarán parte de nuestra vida. Porque somos 6,928,198,253 habitantes en el planeta tierra, así que digo yo que elegir a unos pocos no debe ser tan complicado…


La sociedad nos vende una imagen de independencia -no dejad que nadie os controle, sed independientes-, aunque en realidad lo que nos hace es dependientes de una individualización forzosa. Miedo a abrirnos, miedo a exteriorizar nuestros sentimientos, miedos a mostrar debilidad, miedo a mostrarnos humanos… No vaya a ser que el primero que pase ¡zas! Te joda…


Tiremos de números. Con el dato añadido antes, ¿cuántas probabilidades tienes de encontrar a las personas adecuadas? Vale, lo reconozco. Soy de letras. ¡Pero seguro que las probabilidades son bestiales! Está el carnicero de mi barrio, el camarero del bar de abajo de mi casa, el chico que pasea un labrador muy mono todos los días a las nueve de la mañana por mi calle, mi familia, aquella profesora que tuve en quinto que me alentó a estudiar Historia, compañeros del colegio, el tendero al que le compraba un paquete de papas a 25 pesetas los viernes al ir al colegio cuando tenía diez años, mi mejor amiga de la infancia, amistades, mi primer jefe con su flamante contrato basura, esa señora de la perfumería que me hizo abrir la mochila porque se creía que había robado, aquella pareja de hermanas a las que ayudé en el aeropuerto de Heathrow que a punto estuvieron de perder el vuelo por no saber inglés, el Guardia Civil que me hizo mi primer control de alcoholemia, y así un larguísimo etcétera.


Es decir, mogollón de peña entrando y saliendo continuamente, ¿Cómo escoges, cómo sabes que no te vas a equivocar? Y suponiendo que hayas escogido, ¿en qué criterios te basas? Se supone que debe de haber una especie de escala o de regla para medir la importancia. ¿Cómo averiguas qué personas se quedarían contigo a ver TODA la película y qué personas no aguantarían ni el tráiler del principio?
Creo que las personas importantes de tu vida deberían quedarse contigo hasta los créditos finales, no importa siquiera si le gusta el género de la película… ¡Pero cómo averiguo eso!


Pues de la misma forma que aprendiste a montar en bicicleta, o a usar los patines: cayéndote, levantándote, cayéndote, levantándote, y así cien veces. Pero no desistas que el día que le pilles el tranquillo, no se te olvida jamás… aunque estés años “cruzándote” con mucha gente y pensando que ya has olvidado cómo era, de pronto un día te cruzas con ésa persona y dices: ¡hostia, ¿eso qué ha sido?!


Una complicación es el factor temporal, personas que pasan por tu vida segundos, minutos, días, meses, años… Y no es proporcional, ni mucho menos. Hay personas que en unos minutos te pueden hacer sentir de una manera que otras, en años, no podrían.


Por eso creo que a ese alguien que dijo que eligiéramos bien las personas importantes de nuestra vida le diría que precisamente esas personas a las que se refiere no se pueden elegir. No se va a una tienda y buscas en el escaparate. Dará igual sus cualidades, sus virtudes, cómo vista, e incluso que defectos tenga.


Muchas personas pasan por tu vida, unas se quedan y otras están de paso, pero después de que esas personas se hayan ido, te das cuenta de que una SIEMPRE estuvo ahí…




Son 6,928,198,252 personas en el mundo y tú.


                               
      Kira

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