Kira no sabe

Kira respira, calla, observa, niega, sueña, duda, teme, anhela, odia, ama, ríe, llora. Kira a veces siente dolor, y a veces felicidad. A veces no se encuentra. Kira no entiende ni muchas cosas ni de muchas cosas. Kira es racional pero quiere creer. A Kira le gusta decir No, aunque diga que no. Kira puede estar todo el día hablando y a la vez sumida en el más completo silencio. No sabe escribir pero escribe.

24.1.12

No se lo digas a nadie...


Te contaré un secreto: Me caí.
No fue una de esas caídas tontas que tienes cuando eres pequeño, fue un poquito más estrepitoso. Supongo que las caídas son proporcionales a la edad, la situación y la experiencia adquirida, de ahí que fuera más grande que la que tienes cuando te raspas la rodilla en el parque con cinco años…
Una vez, de pequeña, me caí de la bici y me tuvieron que echar puntos en la barbilla. Fruto de esa caída tengo una pequeña cicatriz (casi todo el mundo tiene una cicatriz de algún tropezón infantil). Recuerdo que cuando pasó, me pareció el dolor más horrible del mundo… Bueno no lo recuerdo, pero debió serlo. Con los años olvidamos el dolor que nos producen las caídas, aunque siempre tenemos las cicatrices que no las recuerdan…
Me volví a caer. Esta vez la cicatriz no se puede apreciar a simple vista, aunque yo sé que está ahí.
El problema empezó porque con la edad, había olvidado a montar en bicicleta. Fui una imprudente, y sin parar a pensarlo, un día vi una bici y me lancé a ella como una loca… Pero, al igual que pasó cuando era pequeña, hoy día sólo queda la cicatriz. No recuerdo el dolor.
Esta vez será diferente. Pedalearé con cautela, primero sobre terreno llano. Me pregunto si me sujetarás la bici por detrás para que no pierda el equilibrio… Si aceptarás ser mi sombra, sin decir nada, protegiéndome, desde la oscuridad; Si esperarás el momento adecuado para, sin decirme nada, soltar la bicicleta.  ¿Lo harías? ¿Sacrificarás tu tiempo, y a veces tu diversión, por construir de nuevo la mía? Qué de preguntas…
Seguro que cuando me dé cuenta de que tu mano no me sujeta por detrás me entra el pánico… Viejos fantasmas me acecharán, otras caídas anteriores. Me tambalearé y  estaré a punto de de perder el equilibrio…
Será en ese momento, justo el anterior a la caída, cuando mi mirada nerviosa busque la tuya; Y será entonces, al ver tu sonrisa, cuando recomponga el vuelo y evite el traspié, dé una vuelta enorme a la plazoleta, e incluso me atreva a coger velocidad y, ¡porqué no… soltarme del manillar!

Pero no temas. Aunque en algún momento pueda desaparecer de tu campo de visión, quiero que sepas que volveré a ti, siempre lo haré.
Me verás llegar desde la otra punta, con una sonrisa de oreja a oreja, orgullosa de mi hazaña.



Sera entonces cuando pare, baje de la bici y camine a tu lado…

Kira

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