Para ti, que siempre te gustó el otoño...
He aprendido:
Que aquello que ocupaba nuestros pensamientos todo el día ahora sólo es un vago recuerdo. Que lo que dolía hasta rabiar ahora es sólo una cicatriz que, como tal, exponemos con orgullo. Que el tiempo, a veces es lo de menos; y otras lo más importante.
Que es importante cambiar, pero que sea el tiempo el que lo haga, y nada ni nadie más. Él sabe cuándo hay que dar el paso correcto y te mostrará cómo hacerlo. No tengas prisas, párate, date tiempo para respirar, observa tu alrededor.
Que es importante aprender a no tener miedo, pero que es aún más importante aprender que no es malo tenerlo. Que es importante aprender que no por correr más, llegas antes; Que no por llegar antes eres mejor; Y que no por ser mejor, llegarás antes.
Mira el mundo. Pero no te agaches ni te subas a ningún escalón. El secreto está en aprender a mirarlo bien, aprender a valorarlo como es, y no como nos gustaría que fuera. Míralo como a un igual, con la misma perspectiva, tu perspectiva… A veces lo veremos borroso, acércate; otras estaremos hastiados de él, y querremos poner distancia, aléjate… Lo importante es que tú tomes la decisión de hacer una cosa u otra.
Dale tiempo al tiempo, dale tiempo al mundo, dale tiempo a los que te rodean, date tiempo.

No alargues lo que se ha acabado. Deja paso a una nueva etapa, a nuevas sensaciones. Déjale paso al otoño… y que este se haga sitio en tu corazón. Muda la piel, pero más importante aún, muda por dentro. Deja que caigan las tristezas como si de hojas se tratasen…
Pasea por la madrugada dejando que el fresco te cale la camiseta. Nota el suave frío del cambio de estación, de lo desconocido, de lo nuevo. Este conseguirá despertarte del letargo y, como la camiseta que te pones por la mañana, acabará habituándose poco a poco a tu temperatura corporal.
Recuerda que es otoño, que las hojas de tus pesares han tapado con mil tonalidades amarillas el camino que algunos escogen por ti, dejándote así, la decisión de elegir tu propio paseo.
No temas equivocarte o desorientarte, pues -como dice la canción- al final tener sueños nos vale para no perder los puntos cardinales…
Kira
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